El Internet de las Cosas (también conocido como Internet of Things o IoT) es un concepto que hace referencia a la interconexión de elementos cotidianos entre si y a través de Internet. Este concepto va cobrando forma poco a poco en nuestro entorno, está en plena evolución y sobre el que diariamente surgen nuevos proyectos. Uno de los ámbitos donde el IoT está cobrando mayor presencia es en las ciudades. Si el desarrollo de esta tecnología en contextos urbanos se lleva a cabo con eficacia, puede cambiar por completo nuestra vida en la ciudad.
Ahorro de tiempo, incremento del control sobre el tráfico, aviso de accidentes o mayor seguridad vial serían algunos de los beneficios que obtendríamos al disponer de información actualizada al instante en nuestros dispositivos móviles.
En esta entrada presentamos una selección de aplicaciones del Internet de las Cosas utilizadas en diferentes contextos urbanos.
Las aplicaciones del Internet de las Cosas abren todo un universo de posibilidades para las ciudades
- Detección de incendios y desbordamientos de ríos. Los incendios en épocas de sequia y los desbordamientos de ríos son problemas que afectan a muchas ciudades. Pero, ¿y si pudiéramos detectarlo con el tiempo suficiente como para avisar a la población? Pues en la Garrotxa, en la provincia de Girona, lo están haciendo. Se han colocado 11 sensores en árboles de diferentes puntos de los bosques cercanos, que miden parámetros como el CO2, la humedad o la temperatura y además detectan ciertos gases en el aíre par determinar si se está produciendo un incendio en los alrededores. También se han colocado 16 sensores en puentes, que mediante ultrasonido determinan la altura del agua y si existe riesgo de desbordamiento. Todos los sensores están conectados con los servicio de emergías de la región.
- Smart Parking. Con el amento del número de vehículos en la última década ha provocado que cada día sea más difícil aparcar en las ciudades. Pero la tecnología del Internet de las Cosas nos puede ayudar a encontrar aparcamiento en el menor tiempo posible, monitorizando los huecos libres de las calles e indicándoselo a los conductores. Santander es una ciudad que ya posee este sistema en muchas de sus vías, habiendo colocando más de 375 sensores magnéticos en los lugares más transitados de la ciudad. El proyecto se llama SmartSantander y lleva en funcionamiento desde el 2013. Los sensores magnéticos están conectados a carteles informativos colocados al inicio de las vías. Estos carteles se actualizan cada 5 minutos, informando de los aparcamientos disponibles. También han llevado a cabo el desarrollo de una app móvil desde donde se puede consultar lugares disponibles donde estacionar nuestro vehículo.
- Estado de las estructuras. En ciudades del mundo como San Francisco o Tokio, donde el peligro de sufrir un terremoto es relativamente alto, se están colocando sensores en edificios y lugares estratégicos de las ciudades que puedan avisar a los ciudadanos de que uno de ellos se acerca. Este tipo de sensores también proporcionan información sobre el estado de las estructuras, de modo que en caso de peligro de derrumbe o de daño en el edificio, se puede detectar con antelación y evitar catástrofes aun mayores. Esta aplicación se está implementando en muchos puentes e infraestructuras, monitorizando el estado de las mismas.
- Control de basuras y residuos. En las ciudades se genera una gran cantidad de basura y es muy importante que los servicios de limpieza la recojan de forma eficiente. Por ello, en la ciudad de Castellón se han colocado sensores en todo los cubos de basura. Estos sensores determinan la cantidad de llenado del contenedor y envían los datos a los camiones de basura. Así, se puede determinar cuando es necesario vaciar el contenedor y optimizar su recogida. Además, incorporan sensores de temperatura, vibración y un localizador GPS, de modo que el servicio de recogida de basura pueda conocer el estado del contenedor en todo momento.
- Transporte público. Ekobus es un proyecto que se está llevando a cabo en diferentes ciudades de europa y que pretende mejorar la eficiencia de el transporte público de la ciudades. La primera ciudad en hacer uso de esta tecnología es Belgrando, en Serbia. Mediante sensores y localizadores GPS colocados en autobuses, se monitoriza su posición y los ciudadanos pueden consultar donde se encuentran a través de una aplicación para Android y para navegadores web. Por otro lado, estos sensores incluyen herramientas que miden aspectos como la humedad, la temperatura o la cantidad del CO2 que se encuentre en el aíre.